Tras la pandemia, los visitantes han vuelto a tomar como destino el distrito de Coayllo. El clima, el sol, e aire puro, y sus atractivos turísticos hacen que el viajero recale nuevamente en la tierra de los nísperos. Y la municipalidad a través del personal de turismo orienta a los excursionistas a conocer los cultivos de frutales, las cosechas mediante prácticas ancestrales, y a degustar las exquisiteces de este valle.
Los visitantes reciben la información histórica, arqueológica, vivencial al recorrer la iglesia colonial más antigua de la provincia de Cañete y la quinta más antigua de la costa central del país; así como los sitios arqueológicos de Sequilao, el Templo de los Felinos en Uquira, las formaciones pétreas de la mano, la serpiente, el padre y hasta algunos se animan a subir al tobogán natural más alto del Perú.
Desde hace algunas semanas, la plaza de San Pedro de Coayllo, empezó a recibir a los visitantes, en su mayoría caminantes, exploradores, conservacionistas, grupos de familias, quienes han visto en la tierra del níspero una oportunidad para hacer turismo de naturaleza, aventura, arqueología, vivencial y sobre todo, hacer turismo responsable guardando los protocolos de bioseguridad.