METIDA
DE LENGUA, cuando la publicidad no llega.
Desde
la radio y televisión, algunos paisanos nuestros que alquilan hora para vivir
con lo que llaman “programas de noticias”, siguen enfermizos de creer que
gritando ganan respeto, o que la beatita Melchorita los tocó para ser los
iluminados en definir la moral de un pueblo. Cada loco (o loca) vive en su
pobre mente.
Con
raras excepciones, se distingue a los que deciden hacer prensa en Cañete; pues
cada año se alejan de la verdad, cada mes se divorcian de la réplica, cada
semana rebuznan en las redes, y cada día ultrajan hasta sus propios intereses.
En
la prensa provinciana, no se menta la madre, ahí se menta la lengua. Y eso los
define con facilidad, aún invoquen a Dios, a la mercantilista “lucha
anticorrupción”, o la hipócrita forma de organizarse en gremios autistas
complacientes a las hienas.
TRISTE REALIDAD. No es la información, ellos buscan
saciar sus intereses.
Y
la lengua los define: Unos la meten en un gobierno local, otros en un gobierno
regional (incluyendo consejeros), otros en traficantes de terrenos, otros en
algunas empresas constructoras. Entre ellos se acusan, cada quien protege su
interés, y la información que usted vecino merece se fue por la letrina.
Cuando
la publicidad no les llega, florecen sus más enérgicos reclamos, esos que
faltaron cuando se vendían playas, cerros, terrenos, áreas naturales, en buen
romance, cuando se depredaba a Cañete.
No
interesan las obras, dicen los más ranqueados, para añadir que los regidores
deben separar de sus dietas lo que corresponde a los vividores de las ondas
electromagnéticas. Y son fáciles de reconocer, pues sólo atacan a un alcalde,
olvidando que existen regidores.
También
están los que pregonan no recibir publicidad edil, mientras tienen metida la
lengua en la región, o en algún (o alguna) dirigente que trafica en con con,
que hasta el diario La República fue embestido por la parasitaria forma de
meter la lengua desde estos lares.
Y
en la clasificación están aquellos que embuten la lengua en ciertas empresas
constructoras locales. La consigna es maltratar a la débil y cola larga
autoridad para que su cliente consiga hacerse de alguna obra, consultoría o
administración directa. En algunos casos, en Cañete algunos arrendatarios de la
prensa sólo piden ejecutar la obra por cuenta propia.
Y
están los mercenarios del cliché “lucha anticorrupción”, esos que no tributan,
ni se les conoce trabajo, pero que viven al modo “Orlando” con solicitudes de
transparencia para negociar debajo de la mesa, del platanal, de Chui, de
Chavarría, de quien ofrezca más.
Así
son de sencillos, y se disfrazan de jueces, ingenieros, fiscales, abogados,
alcaldes, sacerdotes, llorones, peritos y gobernadores, salvo honrosas
excepciones.
Cañete Tv
Canal 31
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